Entrevista a Gianmarco: El Perú está creciendo
En una entrevista a Gianmarco publicada por el Nuevo Herald el cantautor anima a los Artista Peruanos a regresar a su país y colaborar en su resurgimiento. Además Gianmarco habla sobre su libro de relatos Madera del alma, y sitio en Myspace.
¿Extrañas algo de Miami?
Extraño la época en que recién llegué y había una avalancha de producciones y de compositores haciendo música.
¿Qué te llevó a venir?
Yo fui a Miami buscando, más que nada, conocer al negocio internacional y creo que no lo hice mal. Después de vivirlo volví, porque quería que mis hijos se criaran en Perú y no en Estados Unidos.
¿Por qué tomaste esa decisión?
Prefiero que se críen con sus abuelos. En Latinoamérica manejamos símbolos como el barrio, la calle, la forma de hablar, las raíces, la comida, que son lo que a uno lo lleva a ser lo que es.
¿Además de lo relativo a tu trabajo, extrañas alguna otra cosa de Miami, algo de la gente o la ciudad?
No. Miami me dio muchas cosas interesantes y se lo agradezco; digamos que nos prestamos servicios mutuos.
Quizás te arrepientes ahora de lo hecho.
No. Cuando uno se hace más grande toma riesgos y sabe que tiene que asumir sus consecuencias. No vale arrepentirse.
Se te percibe muy sociable, muy cercano. ¿Tienes muchos amigos?
Muy pocos; tengo, sí, mucha gente a la que quiero, a la que frecuento. Me gusta la tertulia, la conversación, el vino. Si soy sociable no es porque finja el papel de artista simpático.
¿Con qué frecuencia escribes canciones?
Tengo momentos. Son estados de ánimo. Depende.
¿Todos los meses, por ejemplo?
Sí, aunque a veces no pasa nada por la cabeza de uno.
¿Tienes algún secreto a la hora de escribir canciones?
No, porque todas son diferentes. Las canciones son como las esculturas, pero el gancho tiene que llegar al minuto; apenas empiezo a escribir un tema tiene que venir la frase atractiva.
¿Quiénes te han influenciado en tu formación como compositor?
Empecé escuchando a Sui Generis, Alejandro Lerner, León Gieco, Víctor Heredia, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez. También el folclore boliviano, el chileno.
¿Sientes que has llegado al tope en tu carrera?
No. En realidad, yo simplemente vivo mi carrera, mis proyectos, como si fueran los primeros. Hay mercados por explorar, hay mucha gente que no me ha escuchado. Y hay una parte de mí que me llama al escenario, a cantar.
¿Hablas con Emilio Estefan a veces?
Sí, por supuesto, lo llamo al celular. El me dio muchas cosas muy buenas: me enseñó lo que era este negocio; me presentó a mucha gente; me ayudó a hacer mi propia empresa. Todo lo que Emilio tiene se lo ha ganado trabajando.
¿Qué recuerdas de El último adiós , la canción tributo a las víctimas del 9/11?
Tengo un sentimiento de doble filo. La hice a instancias de Don Francisco, y Emilio me pidió que la cantara, no sé si para buena o mala suerte porque mucha gente llegó a pensar que me estaba colgando de algo para ayudar a mi carrera. Por eso, aunque ayudó a recaudar fondos, nunca me gustó que se me reconociera por esa canción.
¿Cómo está Perú ahora?
Creciendo muchísimo; cada día se supera más. La casa se está ordenando y eso es importantísimo.
¿Recomendarías a los peruanos de Miami que regresen?
Siempre recomiendo a la gente peruana que vive en otros países que en algún momento regrese. Hace falta en Perú gente que quiera trabajar; hay gente que tiene menos oportunidades que otras pero no es menos feliz.
¿Por qué escribir un libro?
Porque es una forma de crecer. La vida lo va cambiando a uno y se endurece o ablanda, o emprende otras búsquedas. De todos modos, la escritura de un libro no me aleja de mi mundo de canciones.
¿Extrañas algo de Miami?
Extraño la época en que recién llegué y había una avalancha de producciones y de compositores haciendo música.
¿Qué te llevó a venir?
Yo fui a Miami buscando, más que nada, conocer al negocio internacional y creo que no lo hice mal. Después de vivirlo volví, porque quería que mis hijos se criaran en Perú y no en Estados Unidos.
¿Por qué tomaste esa decisión?
Prefiero que se críen con sus abuelos. En Latinoamérica manejamos símbolos como el barrio, la calle, la forma de hablar, las raíces, la comida, que son lo que a uno lo lleva a ser lo que es.
¿Además de lo relativo a tu trabajo, extrañas alguna otra cosa de Miami, algo de la gente o la ciudad?
No. Miami me dio muchas cosas interesantes y se lo agradezco; digamos que nos prestamos servicios mutuos.
Quizás te arrepientes ahora de lo hecho.
No. Cuando uno se hace más grande toma riesgos y sabe que tiene que asumir sus consecuencias. No vale arrepentirse.
Se te percibe muy sociable, muy cercano. ¿Tienes muchos amigos?
Muy pocos; tengo, sí, mucha gente a la que quiero, a la que frecuento. Me gusta la tertulia, la conversación, el vino. Si soy sociable no es porque finja el papel de artista simpático.
¿Con qué frecuencia escribes canciones?
Tengo momentos. Son estados de ánimo. Depende.
¿Todos los meses, por ejemplo?
Sí, aunque a veces no pasa nada por la cabeza de uno.
¿Tienes algún secreto a la hora de escribir canciones?
No, porque todas son diferentes. Las canciones son como las esculturas, pero el gancho tiene que llegar al minuto; apenas empiezo a escribir un tema tiene que venir la frase atractiva.
¿Quiénes te han influenciado en tu formación como compositor?
Empecé escuchando a Sui Generis, Alejandro Lerner, León Gieco, Víctor Heredia, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez. También el folclore boliviano, el chileno.
¿Sientes que has llegado al tope en tu carrera?
No. En realidad, yo simplemente vivo mi carrera, mis proyectos, como si fueran los primeros. Hay mercados por explorar, hay mucha gente que no me ha escuchado. Y hay una parte de mí que me llama al escenario, a cantar.
¿Hablas con Emilio Estefan a veces?
Sí, por supuesto, lo llamo al celular. El me dio muchas cosas muy buenas: me enseñó lo que era este negocio; me presentó a mucha gente; me ayudó a hacer mi propia empresa. Todo lo que Emilio tiene se lo ha ganado trabajando.
¿Qué recuerdas de El último adiós , la canción tributo a las víctimas del 9/11?
Tengo un sentimiento de doble filo. La hice a instancias de Don Francisco, y Emilio me pidió que la cantara, no sé si para buena o mala suerte porque mucha gente llegó a pensar que me estaba colgando de algo para ayudar a mi carrera. Por eso, aunque ayudó a recaudar fondos, nunca me gustó que se me reconociera por esa canción.
¿Cómo está Perú ahora?
Creciendo muchísimo; cada día se supera más. La casa se está ordenando y eso es importantísimo.
¿Recomendarías a los peruanos de Miami que regresen?
Siempre recomiendo a la gente peruana que vive en otros países que en algún momento regrese. Hace falta en Perú gente que quiera trabajar; hay gente que tiene menos oportunidades que otras pero no es menos feliz.
¿Por qué escribir un libro?
Porque es una forma de crecer. La vida lo va cambiando a uno y se endurece o ablanda, o emprende otras búsquedas. De todos modos, la escritura de un libro no me aleja de mi mundo de canciones.
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